LEYENDAS |
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1.-
La aparición de la Virgen (De P.A. Valencia) Siete siglos después de ocultada la
Virgen en las montañas del Yoar, es decir hacia 1275, cierta noche una luz
misteriosa iluminó de repente la selva umbría. Esta luz se dejó ver en noches
consecutivas y las entes que presenciaban el
fenómeno, percibieron en él, algo de sobrenatural. Guiados por aquellos resplandores y
cortando las impenetrables breñas, llegaron hasta una cueva, dentro de la
cual apareció ante sus ojos la Virgen bendita, y a su lado una piedra de
jaspe verde, a cuyo contacto habrían de obrarse al correr de los tiempos,
prodigiosas curaciones. . 2.- La primera ermita (De los datos en escritos de
archivo) Al encontrar la
imagen de la Virgen, la bajaron a la Iglesia de Torralba
para que estuviera más segura, pero por la noche desaparecía para situarse en
el lugar del encuentro. Operación ésta que se repitió varias veces, con lo
cual el pueblo fiel entendió que la
Virgen quería residir en una ermita construida en ese lugar de Codés.
Así surgió hacia 1276 la primera ermita dedicada a la Virgen de Codés. 3.- Las Dos Hermanas Cuentan que
existía en Azuelo una mujer un tanto especial, que algunos la llamaban la
bruja. La cual tenía dos hijas que por nada del mundo las dejaba salir de
casa. Pero las hijas se fueron haciendo mayores y con ello crecían las ganas
de disfrutar y conocer el mundo. Un día en un descuido de su madre se
escaparon de casa y fueron al monte donde tenían cobijo seguro. Cuando se dio
cuenta su madre salió en busca de las fugadas, recorrió el bosque y la aldea
una y otra vez sin éxito. Ante la imposibilidad de su hallazgo, haciendo
valer sus poderes de gruja, las maldijo deseando se convirtieran en piedras, y así sucedió. Por eso haY dos piedras en la cadena de Piedra Blanca hasta el
Yoar, que las llaman LAS DOS HERMANAS, y además en Peña Blanca existe una
ventana que la llaman LA VENTANA DE LA BRUJA. |
4.-
Juan Lobo (Relato de Juan de Amiax,
poeta y arcipreste) El año 1523 se juntó en Cábrega,
tierra de La Berrueza, una escuadra de bandoleros. Todos ellos, mercenarios
de diversas contiendas de la época y que finalizadas las guerras, se juntaron
unos cuantos para vivir de fechorías. Hacían grandes desafueros y bellaquerías
por todas aquellas tierras. Se organizaron nombrando un jefe o capitán que
era el más astuto de todos ellos y que
se llamaba Juan Lobo. Todos unánime juraron obedecerle si fuera preciso hasta
perder la vida. Se acogieron a la zona de Punicastro donde
estaba el castillo de Malpica, antiguo fortín militar situado en lo que hoy se llama Peña de la Concepción y
que se cree es donde vivió el sacerdote Juan de Codés. Estos bandoleros se llevaron también
violentamente al castillo una mujer de
La Berrueza para que les sirviera. Allí se hicieron fuertes, y de tal modo,
que era dificultoso prenderlos por las
gentes del lugar tras los muchos robos que hacían por toda la comarca. Entre sus malas acciones un día
desvalijaron a un buen hombre natural de aquellos valles, lo maltrataron y lo
llevaron preso al castillo, donde le pusieron dos tablas gruesas
agujereadas, a manera de grillos. Los ratos que le dejaban solo al
prisionero, se encomendaba a la Virgen de Codés con verdadera fe. Al parecer
sus oraciones fueron oídas y una mañana apareció en la puerta de la ermita de
Nuestra Señora con las tablas, sin saber cómo. Se postró a los pies de
la Virgen para darle gracias por el
milagro y contó al personal que fue a ver todo lo que le había sucedido. Todo
el pueblo se sumó al agradecimiento y colgaron las tablas junto al altar de
la Virgen de Codés donde han estado mucho tiempo como recuerdo Se divulgó por toda la comarca el
milagro y fue un impulso muy fuerte para incrementar la devoción a la Virgen. El capitán Juan Lobo murió de una
lanzada, obra del caballero de La Berrueza Pedro Mirafuentes, en el lugar de
Valdemadre, término de Otiñano. Tras la muerte del capitán todos los
bandoleros que vivían se dieron a la
desbandada. En estos mismos tiempos había en la
villa de Torralba una cofradía del glorioso San Juan Bautista, llamada e los
Ballesteros; cuando salían los bandoleros del castillo de Malpica, se
juntaban para defender el ganado y frutos de sus términos, unos con ballestas
y otros con espadas,
jaras y aljabas. |
5.-
Juan de Codés y los cirujanos (Más que leyenda puede ser un hecho
real adornado según el escritor de turno.) Este buen sacerdote, servicial como
ninguno, tenía especial interés a atender a sus enfermos. En sus visitas les
llevaba un pequeño paño que previamente lo había tenido a los pies de la
Virgen de Codés. Se lo aplicaba con la recomendación de que rezase con fe a
la Virgen. Él se sumaba a la oración durante una novena. Como los milagros se multiplicaron por
toda la región, la fama se extendió enormemente y él acudían multitud de enfermos. Como consecuencia, los cirujanos al
perder clientela se quejaron a todas
las autoridades civiles y religiosas. En un primer momento nadie les hizo
caso, pero insistieron una y otra vez hasta que el Obispo auxiliar de l
Diócesis de Calahorra se lo prohibió. El humilde sacerdote obedeció y
aparentemente se acabó el conflicto. Pero he aquí que el citado Obispo
enfermó gravemente y ante la imposibilidad de los cirujanos para solucionar
su mal, recurrió al santo sacerdote y a sus paños, con resultado positivo ya
que curó de la enfermedad. Ante este hecho le levantó la
prohibición y Juan de Codés siguió con sencillez su querida actividad con
hechos milagrosos en gran cantidad. Hay recogidos un montón de ellos. |
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